miércoles, 20 de marzo de 2019

Soy lenta como el mundo

                                                      FIRST VOICE:
                                                      I am slow as the world. I am very patient
                                                    
Sylvia Plath


Mientras una mujer guarda silencio, otra,
por mí desconocida, se cercena los miembros
y elige su destino. Hay docenas de mundos
en mi mundo y, sin embargo, con cada amanecer
se muere un rumbo que me oculta.
Quisiera que mis alas fueran hermosas
yeguas doloridas que galopan exhaustas
por imprimir la luna en los ocasos,
pero la piel es densa.

Grito la noche.

Ayer, mi juventud como un pájaro herido
inclinó la cabeza hacia la nada
y observó que su fe era una espina
que separaba el tiempo a la mitad.
Hoy, los cuartos me amparan, ¡clarividencia!,
algo susurra que los sueños retornan
la mujer fragmentada comprende que la lengua
no iguala sus funciones.
¡Abajo los relojes!
¡Que vuelen las moléculas vibrantes
que aprietan impacientes la razón!
Tuve miedo. La sombra en el espejo
se fingía ser yo, buscando verso adentro
la imagen que perdió cuando me interrogaba.

El día de mi canto, me vestí de unos labios inmensos,
para cerrar los ojos de la lluvia,
me negué a aquel fantasma de la boca vacía,
sirviéndoos en bandeja el universo.
Antes, había invocado las serpientes; las manzanas
me pendían del pecho, era el preciso instante en que los puntos
cardenales me eran adversos.

Nadie entendió el motivo.
Cumplí doscientos años.
Podría ser un sueño, pero allí me observaba
la sombra de mis vidas
con sus doscientos pliegues al borde de la boca,
clamando sigilosa las palabras. 

Nadie entendió que, lenta como el mundo,
necesito dos vidas para inmolarme.

I. Martínez

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