martes, 23 de julio de 2019

IGUALES A CONCIENCIA

Queremos que nos quieras integrales
y dejes de cantarnos prisioneras,
de hiedra o de jazmín enredaderas
que cumplen tus deseos, serviciales.
Fuera ya relaciones policiales
que ansían controlarte cada esfera
con excusas de celos y ceguera,
basadas en poderes desiguales.
Somos libres, en acto y pensamiento,
de lazos, sumisiones y obediencia;
hechas de carne, mente y sentimiento,
luchamos por un mundo sin violencia.
Únete, prolonguemos los cimientos
y seamos iguales a conciencia.

I Martínez

sábado, 20 de julio de 2019

MUJER EN VUELO


Soy una mujer que no cultiva hijos
sino heridas; flores,
sino versos; perlas,
sino huidas. Soy una mujer
que oculta cicatrices
porque la debilidad atrae a los malvados
como el ocaso a los suicidas
y llevo muchas muertas en mi piel
¡y pesan tanto!

Soy una mujer que adorna las verdades
porque la vida es bella si la cantas de frente,
si, de pronto, unos ojos contienen el océano
y se cierran las bocas
ahítas de ternura.

Soy aquella mujer que nunca has conocido,
que sangra en el espejo
porque escucha las horas,
torbellino de tiempo que nunca se detiene,
porque tiene la niña viviendo entre las venas
y aún no ha completado el enigma del pájaro
que grita en el abismo.

Soy la mujer que reza entre las rosas,
pero no tiene dioses ni signos ni caminos,
solo sabe que el aire es transitable a veces,
porque tiene sus manos
que escriben cada sueño
e inventa los posibles,
la inocencia del vuelo,
la caída perfecta
de todos los puñales.


I. Martínez

martes, 16 de julio de 2019

A MARES

Ya solo piso el suelo de tu ausencia;
pues en presencia vuelo, no camino;
que estrecho se me antoja aquel destino
que no transita a mares tu presencia.
Tus ojos de cristales sibilinos
alumbran ese enigma de lo incierto,
extienden de bellezas un concierto
de refulgentes verdes diamantinos.
Pues si la senda en sueños luce tanto
que océanos albergan tus esferas,
la sombra de la noche será el canto
que el mundo envuelva en lúcidas quimeras,
para que al despertarme no haya espanto,
sino hermosas lucientes primaveras.

I Martínez