Me gustaría preñarte los fantasmas
con mis alas de versos
besos,
bautizar con mi nombre tus
espinas,
para que vueles aún más alto;
ser parte en tu mono
m
c
r a
o
n
m
ía,
Clavileña en
la estrella de tus días aciagos
y sembrarte esperanzas multiton(t)o.
Pues juntos, créeme, no serás
muchos menos
que cuando estás tú solo
con el montón de muertos que te
habita.
Déjame vivirte un
poco,
disfrutarte a placer (pa la de ar te)
viéndote convertir en mariposas
las termitas cansadas de las cárceles.
¿Cómo no ambicionarte la
clepsidra
si he sido tu dipsómana indomable?
Quiero ser la caníbal de tu
carne,
vampira de tu tinta,
la musa que te holle y te desarme,
ingrávida de verse mejorada
(tanto Rubens ya cansa)
—fictiva en el papel—
furtiva, toda piel, en tus palabras.
I. Martínez
I. Martínez
No hay comentarios:
Publicar un comentario