sábado, 2 de marzo de 2019

Lo que no dices

No importa que no digas.
Saberte en una esquina respirando,
pensarte caliente y vivo
como un astro lejano que me alimenta
ya es un triunfo del día.
También yo practico la paciencia
de las tribus que viajan,
de los hombres que señalan sus rutas
en la piedra, soñando imágenes de ciervos vencidos.
Las flechas que imagino
a veces son agujas de entomólogo,
y yo, entre las sábanas, extraña mariposa nocturna
prendida en esta espera,
observando en sus giros ocultarse
la Tierra detrás del horizonte,
mientras la noche inventa claridades,
atentos los ojos de mis alas
a la única disección que me interesa:
el corte profundo de tu boca en mi vuelo.

I. Martínez

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