martes, 14 de mayo de 2019

Albúmina

Con la alegría cayendo como lava,
cuando el temblor exacto de este momento
consciente de su inmanencia
se deshace en una soga que no conduce a la lujuria ni a las flores,
escucho como un sol destartalado de mayo
me interroga por mi máscara:
adónde la perdiste, por qué decides hoy
posar descalza y desinhibida
como la hoja del abedul al fondo del río,
por qué abandonar el lugar de la carne
que te dictan tus muertas,
por qué olvidarte de los espejos
y caminar con la piel en camisa
como el áspid en acoso continuo de luto.
Hoy no me duele el barro con que escupes mi mano tendida,
hoy no puede dolerme tu desprecio
ni la autosuficiencia con que pretendes conquistar un mundo
que tiñes de sombras engangrenadas.
He decidido ser una molécula inservible
en el centro del ojo que me mira,
un ápice de aire,
una brizna de azúcar en el corazón del hastío.
Hoy eres tú quien no me alcanza
la altura transparente de la boca.

I. Martínez Poyatos

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