martes, 24 de diciembre de 2024

El príncipe rana


No volveré a aplicar para que pase,

pues aprendí a las malas -con la frente-

que se ganan batallas diferentes

usando ambas la maña y el envase.


Me he curado de ti y de tu desfase;

de esa penosa labia intrascendente

que hizo del puro amor un accidente

donde reina el desliz en cada frase.


Ya no creo en promesas a futuro

ni en juramentos hueros con edenes

que estampan ilusiones contra muros.


Los príncipes azules van en trenes

hacia nunca jamás, se fingen puros,

mientras te siembran astas en las sienes. 


Isabel Martínez Poyatos

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