domingo, 14 de junio de 2020

MUJER EMANCIPADA


Sonrío si encuentro el matrimonio que conserva intacta
su catarata de sueños resbalando por las pieles siamesas,
mientras las carnes se sonríen hacia el amanecer,
plegadas en las caricias de su canción única, irrepetible.

Nada más hermoso que la llama abrasada que nunca se consume.

Soy la primera espectadora que reconoce el milagro
y ofrece su reverencia de ave migratoria,
y abraza su tierra como una recepción con frutas en la nueva avenida;
pero ¡ay de los amantes sometidos al cuchillo de la repetición y su inútil indiferencia!,
¡ay de los inmersos bajo la losa de la decepción acumulada!

¡De qué poco sirven las branquias en la blancura del aire,
en medios no propicios para la vida!

He soñado montañas de valientes mujeres, enamoradas de su posibilidad,
extrayendo las agujas de entomólogo
que las convierten en insectos sometidos.

Sueño con termiteros de manos que deconstruyen y roen
cadenas de noches convencionales con liturgia de muertos.

Sueño con precipicios de labios dispuestos al alimento imperecedero
de amar la soledad más que el presidio abominable de la inmutabilidad de las horas.

Sueño la libertad sin rumbo de sus vuelos.

Isabel Martínez (14/06/20)


Pintura: Mujer con cabra (1929) de Maruja Mallo
Colección Pedro Barrié de la Maza

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