Escribo con un vaivén de siglos en tus ojos.
Tú, por las calles: otros cuerpos, tus alas
flotando en sus miradas y mi empeño
que rompe cada puerta y rasga orillas
o peces que abren boca al recordarlas.
No fue casualidad; si hubo destino,
dos peldaños más alto que mi vuelo,
diana de tus ojos me dio el giro.
Hiere que herede distracciones la distancia
y es una pena que ignoren pocos años tantas cosas
del rumbo del deseo... Se empeñó
el corazón en la ruleta.
Y yo: veleta...
Y tú... Pasaste...
Y aún queman las caricias
del viento.
I. Martínez
3 comentarios:
Bravo, construyendo el proyecto de las palabras, me alegra mucho este encuentro.
Un abrazo.
Uy!! soy Elena, no estoy muy puesta todavía,jajaja..
Querida niña:
gracias por construir conmigo.
Un beso
Publicar un comentario