lunes, 26 de abril de 2010

La incontestable espera literaria

(instrucción: leer con acento argentino)

El escritor espera. -En esa indiferencia
frágil de las uñas contra el reloj
que va cayendo en la tarde.-
Se mira en su espejo de metal,
azul el ojo le devuelve la mirada.
Ha decidido que aquél será el último día
de su latir tempestuoso.
Ha crecido. Lejos, la paz de ama de llaves,
su cara angelical con que trae las palomas
que busca bajo su falda. Más lejos
aún, el olor de la axila de una joven estudiante
de crítica social que idolatra
su leve hipocresía. Y yo
-con cierto miedo obsceno-
observo que comienzo a parecer,
estérilmente,
su corbata.

I. Martínez

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