jueves, 28 de enero de 2010

REQUIEM POR UN DÍA

Con devoción retuerzo las manos;
quiero exprimirles vida,
pero sale un hilillo deforme
de nada; si fuera sangre,
crearía un altar con mi pecho
para inmolarlo.
Son tantos días despeñados en cadena,
que sería interminable contarlos
para dormirse.
Y no puedo. Insomne
de balidos moribundos.

I. Martínez

2 comentarios:

Elena Conchello dijo...

Esos días, los días hechos ¿de qué?, un beso fuerte.

Isabel Martínez dijo...

Hoy, de amistad. Gracias.