viernes, 11 de septiembre de 2009

De humanos y conflictos


El conflicto sería morirse a cada paso
y no gritar. Conservar la cabeza
como un planeta que gira y gira
y va girando y sueña que no cesa.
El conflicto sería romperse las manos,
despedazar lentamente las palabras
que ya nunca disparan, ni tocan
la mínima expresión del hueso
o las cadenas…
El conflicto será quedarse inmóvil
o, acaso, remover el asiento con el culo
con gesto de gallina
defendiendo su huevo…
Porque… ¡no hay huevos!

I. Martínez