domingo, 10 de agosto de 2008

Palabras... No dichas

Procrearéis y llenaréis la Tierra de esperanza.
Pero existir en otro os dará tanto miedo
que apretaréis los labios, encerraréis con fuerza
las palabras más ciertas en la esquina profunda de la boca.
Entonces reinará la quietud en vuestros días.
Compartiréis la sopa, los mocos de los niños,
la mesa, el dormitorio, la tele, la rutina...
Habrá tantos objetos compartidos
que cuando os desnudéis y os miréis al espejo
ya no recordaréis el rostro que teníais.
Todas las cosas por decir
anidarán en esa misma esquina de la boca.
Para que no se enquisten, mojaréis con refrescos,
cerveza, leche, vino, cien líquidos distintos la garganta,
y, aún así, se os secará la risa.
Después reinará en el jardín una paz penetrante
que borrará el olor de las palabras.
Olvidaréis el nombre de las cosas que quisisteis decir,
pero en sueños desearéis la certeza que os vacíe la boca,
que salve vuestra vida del silencio.


Isabel Martínez Poyatos

4 comentarios:

Anónimo dijo...

-Si es un sueño no quiero que nada me despierte
-decías con El ángel que nos mira en la mano
y corriendo bajo la lluvia- decías
la tormenta es un tigre,
el tigre tiene un movimiento de árbol
que va entrando en la noche.

Bajo la lluvia,
a solas con tu vida entre cielos e infiernos,
entre nada ya es suficiente y demasiado no basta,
mirabas caer la oscuridad en los parques
-como un sonido de campanas sobre el agua-
y decías una canción es sólo
la forma de salir de un callejón sin salida,
mirabas la oscuridad,
con tu corazón perseguido por los leones,
con tus plumas azules y tus sortijas árabes.

20 años después, mientras me hablas
de pequeñas ciudades -me pregunto
si un recuerdo es algo que conservamos
o algo que hemos perdido-, de pequeñas ciudades junto al mar,
yo comprendo que sólo fuiste un sueño. Y como dice
Delmore Schwartz en una canción de Lou Reed,
en nuestros sueños comienzan nuestras responsabilidades.

La última playa es fría y tiene una luz extraña,
una luz blanca hecha de pájaros caídos.
20 años después, desde este mundo
de las cosas tal como son, tenemos
nuestras propias preguntas. y respuestas
que huyen de tu nombre
como animales asustados por un trueno.

El sueño es dulce, sientes
grandes ruedas de fuego en el calor del día.
y Lou Reed también dice
que si cierras la puerta
tal vez la noche dure para siempre.

poema: 4 de octubre en el landmark hotel.
Autor: Benjamín Prado.

Isabel Martínez dijo...

Gracias, niña, por pasar y por el poema que compartes. Un beso

Anónimo dijo...

Un beso. TE QUIERO.

Unknown dijo...

¡Me encanta! Real como la vida misma. Creo que todos nos sentimos identificados.