martes, 26 de agosto de 2008

Flor inmarcesible

Dentro de esta mujer hubo una flor
que flotaba en un tiempo inabarcable.
Hubo una juventud en que la carne
fingía blandamente eternidad visible.
¡Pobre flor inaudita, inconmovible,
marchita y olvidada en ese mismo edén
de venas y promesas que fuera tu raíz
y tu alimento!
Hoy siento el corazón algo más lento,
quizá porque ya sé adonde termina.


Isabel Martínez Poyatos

No hay comentarios: